Apoyando a los paquetes de medidas de ayuda económica lanzadas por los gobiernos en Europa y, en línea con el plan de acción tomado esta semana por la Reserva Federal Americana (FED), el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado un programa adicional de recompra de bonos por valor de € 750.000 millones. Este programa de compras (Pandemic Emergency Purchase Programme) abarcará la compra de bonos del estado y de bonos y obligaciones corporativas y durará hasta la extinción del COVID-19.

El BCE también extenderá el rango de activos susceptibles de recompra, abarcando papel comercial y pagarés de empresas y además suavizará las exigencias en cuanto los activos aportados por la banca para acudir a la ventana de liquidez del BCE.

Esta medida (un ‘whatever it takes’ de Draghi v 2.0) era esperada por los mercados y debería contribuir a un estrechamiento de las primas de riesgo, las cuales se han visto tensionadas a raíz de la pandemia, especialmente en Italia. En aquella ocasión, año 2012, la prima de riesgo española era del 7,6% y el anuncio de Draghi ayudó a reducirla hasta el 6,8%. En la actualidad, a pesar del impacto económico del virus y la virulenta reacción de los mercados europeos, la realidad financiera de nuestro país es distinta. A pesar de haber prácticamente doblado en el último mes, nuestra prima de riesgo soberano todavía se sitúa por debajo de 1,5%, no siendo así sin embargo en el mundo corporativo en el que los spreads, especialmente en el segmento High Yield, han venido subiendo.

El programa anunciado se unirá a los € 2,6 billones de activos acumulados por el BCE desde que estallara la crisis financiera en 2008. También contribuirá a acallar las críticas desatadas a raíz tras la intervención de Christine Lagarde la semana pasada en la que, entre otras cosas, vino a decir que la misión del BCE no es bajar la prima de riesgo soberano de los países de la Zona Euro.

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