
En los últimos días no hemos parado de recibir información sobre el COVID-19 (o Coronavirus). No obstante, no debemos olvidar que ya hemos sufrido a lo largo de la historia diversos episodios que han generado histeria colectiva en múltiples sectores como la crisis de Grecia, la gripe aviar, el Mers y el estallido de la burbuja de las puntocom, entre otras.
Es muy difícil no tener miedo ante la situación que estamos viviendo y la cantidad de información que recibimos a diario con, en muchas ocasiones, titulares sensacionalistas que siembran incertidumbre y pánico en nuestra sociedad. No obstante, hemos pasado por peores momentos, y por más solos que nos podamos llegar a sentir, todos estamos en el mismo barco.
Ninguno de nosotros puede enfrentar esta crisis solo y, si algo nos caracteriza como sociedad, es que somos capaces de cuidar a los que nos rodean. Esto se aplica sobre todo a personas jóvenes cuya edad y condiciones les sitúa en grupos de bajo riesgo ante este virus. Sin embargo, debemos tomar precauciones y distanciarnos socialmente para que personas que puedan tener un riesgo mayor estén a salvo. Cuanto menos presionemos a nuestro sistema de salud, menos peligrará la atención de una persona que pueda necesitarla. La única forma de aplanar la curva es cuidarnos a nosotros mismos puesto que las personas que tenemos a nuestro lado necesitan que nos cuidemos.
Si hay otra cualidad que nos caracteriza a las personas, es que somos seres sociales que, debido a esta situación, nos veremos solos y aislados. Estos son relativamente pequeños sacrificios que tendremos que hacer si queremos que esta situación cese. Sin embargo, recordemos que, como ciudadanos, aislados o no, nosotros somos un pilar esencial del sistema de salud.
En estos últimos días hemos recibido numerosos vídeos de diversas personas que han encontrado la forma de ser útiles en la construcción de un tejido social nuevo contra el aislamiento y el virus, y aun no siendo profesionales de la salud, muchos se han ofrecido para brindar apoyo para aumentar el bienestar a los más necesitados. Sin embargo, aun requerimos de un esfuerzo colectivo mayor para vencer el Covid-19.
Esta crisis pone a prueba los valores que nos identifican como sociedad, entre los cuales se encuentra la solidaridad. Un buen ejemplo de ello son las plazas de voluntariado que ha creado la Comunidad de Madrid para ayudar a la población vulnerable durante el aislamiento. Estas 7.000 plazas se han cubierto en tan sólo un día. Sabemos que esta crisis supondrá un gran coste. No obstante, la cantidad de éste dependerá de nuestra solidaridad con las partes más vulnerables de la sociedad.
A pesar del riesgo, no podemos “apagar” la sociedad en su totalidad. Por lo tanto, debemos solidarizarnos también con los profesionales de la salud, personal administrativo y de mantenimiento de los servicios sanitarios, pero también necesitamos personas en los almacenes, aduanas, transportistas, empleados en las tiendas si vamos a necesitar comida, e incluso empresas de diferentes servicios como el de distribución de agua.
Esta crisis también pone de manifiesto las personas que son esenciales en nuestro día a día, y que actualmente se están exponiendo y poniendo en riesgo a los suyos para atender nuestras necesidades, para que, entre otras muchas cosas, podamos ir al supermercado a comprar los productos que necesitemos. Estas personas también merecen ser aplaudidas por el esfuerzo que hacen a diario.
Esta realidad llama a la ciudadanía, a todos nosotros, a ser solidarios y generosos para ayudar a contener los contagios, haciendo sacrificios que pueden parecer pequeños y temporales, pero que ayudarán a salvar vidas. Debemos sacar lo mejor de nosotros: solidaridad, generosidad, moderación y pensar en los demás. Además, podemos aprovechar esta oportunidad para aprender, y esto nos servirá a todos para tratar de mejorar aspectos como la conciliación familiar entre otras muchas cosas.
Debemos sentirnos unidos dondequiera que estemos. La solidaridad es el mensaje que debe transmitirse por todas partes para asegurar un futuro mejor. Esta pandemia, nos da la oportunidad para cambiar el dogma individualista que a veces parece reinar y reivindicar la solidaridad como un pilar esencial de nuestra humanidad. Respetemos la distancia, pero superemos esta crisis más cerca que nunca, juntos.
Fuentes: La Vanguardia, elPeriódico, Delfino