Los humanos siempre nos hemos considerado la especie más desarrollada del planeta. Sin embargo, la naturaleza no ha hecho a ninguna especie perfecta, ni siquiera a la nuestra. Así pues, uno de los retos de la medicina actual es encontrar en el mundo animal órganos y funcionalidades que podamos aplicar para mejorar nuestra calidad de vida. Es el caso de los exoesqueletos

El exoesqueleto es el esqueleto externo continuo que recubre, protege y soporta el cuerpo de un animal, hongo o protista. Desde los caparazones de las tortugas hasta las escamas córneas de los cocodrilos, todos los exoesqueletos sirven como protección a los animales. Y los seres humanos, sin darnos cuenta, hemos copiado estos modelos desde tiempos muy anteriores a la medicina moderna. Ya en la Edad Media se utilizaban escudos a modo de protección en combate. 

Sin embargo, en los últimos años, la medicina ha creado modelos de exoesqueleto que escapan de lo rutinario para adentrarse en el mundo de la ciencia ficción. Con la ayuda de la tecnología, son múltiples las empresas que se han lanzado a investigar y crear exoesqueletos que permitan a los seres humanos realizar funciones que les es imposible realizar de forma autónoma. Bien por una falta de fuerza, por una lesión temporal o por una incapacidad permanente. 

Muchos pacientes podrán volver a caminar

Uno de los principales grupos que se verían beneficiados por este producto lo forman las personas con lesiones medulares. Cada año, entre 250.000 y 500.000 personas en el mundo sufren una lesión medular. Por ello, distintos grupos de investigación trabajan para crear un exoesqueleto que les permita volver a caminar. Sin embargo, los modelos existentes actualmente en el mercado son poco accesibles, con un coste de entre 80.000 y 100.000 €.  

El grupo ABLE está trabajando en un exoesqueleto que reduzca considerablemente dicho precio, situándolo en torno a los 10.000 €. El producto se servirá únicamente de los mecanismos y sensores esenciales para recuperar la función de caminar de los pacientes con lesión medular. Constará de tres módulos que se situarán en la rodilla (como un músculo artificial), en la tibia (a modo de sensor para detectar la intención del usuario) y, por último, un contenedor en forma de mochila para transportar la electrónica y la batería. 

En la actualidad, los exoesqueletos más utilizados son los que complementan a las extremidades inferiores. En la actualidad hay investigadores trabajando en un modelo de exoesqueleto que reduciría el proceso de recuperación de lesiones graves de rodilla de 75 a 25 días. Este sistema será capaz de detectar el esfuerzo de la persona, la posición en la que está y el terreno que está pisando para modificar su rigidez y dar estabilidad al usuario. Podrá colocarse en el mismo hospital dos días después de la operación (evitando los quince días de reposo que se requieren normalmente) para empezar a movilizar, facilitando el drenaje y la cicatrización. Se espera que empresas como Sanitas adquieran estos robots para utilizarlos en sus hospitales. 

Mejor prevenir que curar

Dice el refrán que “más vale prevenir que curar”. Y es por ello que los exoesqueletos no solo están encaminados al uso hospitalario. Las empresas industriales también están desarrollando modelos que ayuden al trabajador a la hora de cargar o manipular objetos pesados, reduciendo así los riesgo laborales. No en vano, en 2019 se produjeron más de un millón de accidentes laborales solo en España. 

Estos son algunos de los proyectos de un mercado en auge. Según un informe de Markets and Markets, se espera que los exoesqueletos generen una industria de 600 millones de de dólares en 2022. Uno de los principales motivos de este crecimiento es la colaboración entre empresas y organizaciones de investigación para el desarrollo de exoesqueletos. Se trata de una inversión ESG que en el futuro mejorará las condiciones de vida de muchos pacientes. 

Otro motivo por el que el sector de los exoesqueletos médicos está creciendo es el aumento de número de personas con discapacidades físicas. También están aumentando las coberturas médicas para exoesqueletos. Sin duda alguna, los datos apuntan a que en el futuro se seguirá investigando para desarrollar exoesqueletos cada vez más ligeros, funcionales y eficientes. Biología, medicina y tecnología están obligadas a entenderse por un bien común: el de los pacientes. 

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