Huelga decir lo imprescindible que es que las empresas, como un agente económico más, cumplan las leyes en pro del correcto funcionamiento de la economía y el bienestar social. Sin embargo, en las compañías hay relaciones tanto internas como externas que simplemente no están reguladas por ley. Allá donde no llega la legislación, el código de conducta de una empresa entra en juego.

Este código puede definirse como un escrito formal donde se recogen los principios, valores y estándares éticos que rigen la institución. Los contenidos varían de entidad a entidad, puesto que la ética empresarial se percibe de formas distintas según la organización. Sin embargo, hay una serie de puntos clave presentes en la mayoría de códigos de conducta:

✔️ Salvaguarda de derechos fundamentales
✔️ Conductas no permitidas
✔️ Derechos medioambientales
✔️ Prácticas anticorrupción y antisoborno
✔️ Procedimiento de bajas
✔️ Medidas de confidencialidad

Si bien la legislación laboral regula las relaciones entre empleado y empleador, así como sus derechos y obligaciones, en el día a día surgen relaciones laborales que simplemente no se contemplan bajo las leyes. Así pues, un código de conducta funciona como una guía ética para la empresa cuando la ley no aplica, creando una serie de normas específicas e inherentes a cada entidad. Evidentemente, este código nunca podrá ir contra la ley vigente, ni mucho menos violar los derechos fundamentales de las personas a las que se aplica.

Asimismo, el código de conducta de una empresa y su estrategia en cuanto a Responsabilidad Social Corporativa (RSC) van de la mano. El primero puede servir para diseñar las directrices del segundo y, a su vez, es probable que la RSC contenga en su interior el código de conducta por el que se rige la empresa. La retroalimentación entre ambos es constante.

Los códigos de conducta son, en definitiva, una parte imprescindible de las relaciones tanto internas y externas de las empresas. Por tanto, afectan directamente a la capacidad de la entidad para generar output. Es por ello que en Fellow Funders tenemos estos códigos muy en cuenta a la hora de valorar cualquier compañía a través de nuestra división de Fair Value.

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