Un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia está analizando cómo la luz ultravioleta lejana (segura para los humanos, pero letal para los virus) podría ayudar a frenar los contagios al conseguir exterminar a los virus de ciertas superficies en entornos cerrados.

Cientos de investigadores de todo el mundo están buscando una solución a la actual pandemia de coronavirus a través de dos enfoques. Por un lado, la elaboración de una vacuna eficaz y segura contra el SARS CoV-2 y, por otro lado, frenar los contagios entre la población analizando cómo se propaga el coronavirus. Según los especialistas, la vacuna no tardará en llegar. En relación a frenar los contagios, los científicos están analizando cómo el uso de ciertos tipos de luz, con una longitud de onda determinada, muy específica y distinta a la de las típicas lámparas de ultravioleta actuales, podría ayudar a eliminar los virus de ciertas superficies y, así, reducir la propagación del virus, sobre todo en lugares públicos y cerrados.

La Universidad de Columbia ha informado que la luz ultravioleta podría ser un arma potente y prometedora para reducir la propagación del COVID-19 en lugares públicos cerrados.

Esta tecnología utiliza lámparas muy específicas que emiten dosis continuas y bajas de una longitud de onda particular de luz ultravioleta lejana, conocida como UVC lejana, que puede matar virus y bacterias sin dañar la piel humana, los ojos y otros tejidos, como es el problema con la luz ultravioleta convencional.

Los experimentos del equipo de investigación han demostrado que la UVC lejana es efectiva para erradicar dos tipos de coronavirus estacionales en el aire (aquellos que causan tos y resfriados).

En palabras del investigador principal y director del centro, David Brenner, «La luz UVC lejana se puede usar de manera segura en espacios públicos, y matar a los patógenos en el aire antes de que podamos respirarlos». Así pues, usado en ciertos lugares públicos, esta tecnología podría limitar la propagación de los virus y así evitar futuras epidemias y pandemias.

Además, este sistema tiene una ventaja añadida, pues no solo es aplicable al coronavirus que ha provocado la pandemia mundial en la actualidad, sino que podría servir para otros patógenos. Como apunta el propio científico, «No solo tiene el potencial de prevenir la propagación global del virus que causa COVID-19, sino también futuros virus nuevos, así como otros virus más familiares como la gripe y el sarampión». De hecho, como apunta el científico, incluso cuando consigamos desarrollar una vacuna contra el virus que causa COVID-19, será inservible contra el próximo nuevo virus que nos amenace.

Está claro que este tipo de lámparas de luz ultravioleta lejana no terminarán con el coronavirus SARS CoV-2, pero sí pueden ser un aliado perfecto para evitar la propagación. Como apunta el científico “la mayoría de los enfoques se centran en combatir el virus una vez que ingresa al cuerpo. Sin embargo este es uno de los pocos enfoques que tiene el potencial de prevenir la propagación de virus antes de que ingresen al cuerpo «.

Fuentes: National Geographic España, Columbia News, Health It, LedInside