¿Qué tenían en común personas como Pitágoras, Leonardo da Vinci, Aristóteles, Isaac Newton, Descartes, Voltaire, Marie Curie o Thomas Jefferson? Todos ellos podían ser considerados como auténticos Polímatas. Este concepto, para mi totalmente desconocido hasta el momento, está desarrollado de una forma amena y eminentemente práctica en un estudio realizado sobre la polimatía fruto de la colaboración entre la empresa 3M y Deusto Business School.

Polímata es un término griego que puede ser traducido como el que sabe muchas cosas. Según la definición de la Real Academia de la LenguaPolimatía es la sabiduría que abarca conocimientos diversos”, es decir, y para que nos entendamos, polímata es un término que trata de definir a personas con inteligencia, amplios conocimientos sobre diversos temas y sobre todo curiosidad ilimitada.

Además de la inmensa curiosidad por el saber y una vasta cultura, los polímatas son individuos que saben pensar con planteamientos creativos, es decir, son capaces de relacionar conocimientos distintos o de crear nuevas ideas a partir de las ya adquiridas.

En la época en que vivimos, donde el futuro está cada vez más automatizado, y donde los conocimientos están al alcance de todos de una forma totalmente democrática a través de un click en el teléfono móvil, es sin embargo cada vez más complejo poder asimilar grandes cantidades de información. En este contexto el mercado va a demandar cada vez mayor número de personas que sean capaces de resolver problemas complejos, pero con pensamiento crítico, creativo y ágil. 

Por lo tanto, convertirse en polímata se presenta como la salida ideal para satisfacer una de las necesidades más reiteradas por las empresas en busca de talento: los perfiles profesionales amplios, con capacidad para desempeñarse en diferentes áreas, lo que desembocará para las personas en un alto grado de empleabilidad.

¿Cómo podemos intentar convertirnos en polímatas? 

La respuesta, en principio, pudiera parecer sencilla: estudiando varias carreras. Pero lo cierto es que la obtención de mayores conocimientos teóricos no parece el camino único y exclusivo para alcanzar esta capacidad, y con ella incrementar nuestra empleabilidad.  Otras vías complementarias deben ser:

  • Realizar cursos adicionales que complementen la formación básica.
  • Cursar un Máster vinculado a tu carrera pero que te permita redirigir tu profesión.
  • Realizar actividades de voluntariado con las que expandir tus horizontes.
  • Apostar por foros de intercambio de conocimientos con otros profesionales.
  • Viajar por el mundo adquiriendo nuevas perspectivas y saberes.

Como decía Alvin Toffler, icono de la revolución digital “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no saben leer y escribir, sino aquellos que no pueden aprender, desaprender y reaprender”. Cuando hablamos de un polímata hablamos de la capacidad de aprendizaje continuo y sobre todo de poder interrelacionar todos los conocimientos teóricos y las múltiples experiencias personales y profesionales para desarrollar un pensamiento crítico, creativo y ágil.

En el futuro, los trabajadores más valiosos serán quienes puedan aportar ideas que solucionen las necesidades de las empresas, contando para ello con formación en áreas diversas. Solo de este modo las compañías podrán pensar y actuar de forma innovadora. Según estudios publicados por la consultora McKinsey “el 47% de los trabajos podrán ser ejecutados por robots en la próxima década”. Sin embargo, cuando la persona hace algo especial, utilizando sus diferentes conocimientos y aportando diferentes formas de pensar, difícilmente su trabajo podrá ser sustituido por un robot.

En conclusión, dominar varias disciplinas, animar la creatividad y fomentar el pensamiento crítico deben ser los aspectos básicos que van a permitir la innovación y asegurar el futuro de la actividad empresarial. En palabras de Francisco González Bree, uno de los coautores del estudio mencionado “En 1958 las empresas tenían una esperanza de vida de 61 años, según S&P, actualmente son 25 y en poco tiempo serán 15. Pero las que tienen la innovación en su ADN, como 3M [fundada en 1902 para dedicarse a la minería], podrán vivir mucho más”.

En Fellow Funders creemos en los emprendedores y en sus empresas, apostamos por la innovación e intentamos animar la creatividad y el espíritu crítico de los equipos que conforman las startups y las empresas en general.  Nuestro fin último es ayudarlas y ponerlas en relación con posibles inversores, siempre con rigor, profesionalidad y transparencia.

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Oscar Valles
CRO de Fellow Funders