La Obsolescencia Ya No Está De Moda
A lo malo también nos acostumbramos

Cuando hablamos de obsolescencia, lo 1º que nos vendrá a la cabeza serán esos fabricantes de tecnología que intencionadamente ralentizan nuestros dispositivos. Estamos hablando de la, comúnmente denominada, ‘obsolescencia programada’. Una teoría que asegura que, es el propio fabricante el que introduce algún mecanismo que inhabilita o ralentiza nuestro producto al paso de muy pocos años. Así, el usuario siente la necesidad de adquirir cuanto antes la nueva versión y el fabricante aumenta sus ganancias.
Importante aclarar que únicamente es una teoría, ya que estas situaciones también pueden producirse de forma natural, donde las mejoras y optimización a nivel de software pueden ser tan demandantes a nivel de recursos, que nuestro viejo dispositivo simplemente no podría estar a la altura.
Lamentablemente, esto es algo a lo que nos hemos tenido que acostumbrar y resignar de un tiempo a esta parte. A pesar de las incontables denuncias de consumidores y multas millonarias por parte de organismos oficiales en relación a estas, más que cuestionables, prácticas empresariales. Aún así, esto ya ha empezado a mejorar, aunque no es lo único a lo que como consumidores del siglo XXI nos hemos tenido que enfrentar…
Hablemos del coste de los smartphones. Un dispositivo que ya se ha convertido en una necesidad innata para cualquiera y es el aparato más utilizado durante nuestra historia más reciente.
ACTUALIZARSE ¿O MORIR?
Hablemos del elevado desembolso al que nos hemos “mal-acostumbrado” a tener que realizar cada pocos años, con tal de tener el último modelo o, para poder estar al día con las apps más recientes. Un desembolso que, si consideramos una gama alta, el coste medio se sitúa en torno a los 850 euros; unos 350 euros, si hablamos de la gama media; o que baja a los 180 euros, si consideramos la gama más baja.

Siendo racionales, tendremos que ser conscientes de que este tipo de desembolsos y desecho de productos, no deberíamos realizarlos de forma tan recurrente. Si no que es un bien que deberíamos considerar prácticamente como una pequeña inversión que hay que valorar con tal de minimizar su desgaste y devaluación con el paso del tiempo.
Esta situación se produce desde hace pocos años, cuando el punto de inflexión entre el coste de la tecnología y su miniaturización permitieron poder fabricar dispositivos muy potentes a la vez que portables. Justo en ese instante, dio comienzo la era de los smartphones como los conocemos hoy en día. Eso sí, a cambio, el coste inicial de cada dispositivo se multiplicaría por 4 o 5 veces el precio de aquellos móviles “tontos”.Es por eso que cada vez se habla más de la nueva tendencia en este sector: la reparación frente a la sustitución.
NOS PONEMOS EN SITUACIÓN
Llegan las navidades y recibimos como regalo ese ansiado nuevo portátil super delgado y potente que utilizamos para trabajar y ver nuestras series favoritas, entre otras cosas. De la emoción, lo levantas en modo “Rafa Nadal Campeón” mostrándolo orgulloso a tu familia y sin querer lo golpeas contra la lámpara de techo creando una dolorosa ralladura por toda la pantalla. Y ahora ¿Qué haces con el portátil? ¿Te comprarías otro?
Obviamente la respuesta más lógica es intentar repararlo cuanto antes. Si la garantía del producto no cubre daños accidentales, lo habitual, nos tocará llevarlo a un servicio de reparación de confianza y desembolsar lo que nos pidan. Sabes por dónde vamos ¿no?
Pues lo mismo pasa ahora con nuestros smartphones. Sinceramente, no podemos, ni debemos, permitirnos el lujo de adquirir un nuevo dispositivo de estas características cada vez que se nos estropee o dañemos mínimamente.
A NUEVOS PROBLEMAS, NUEVAS SOLUCIONES
Es por eso que cada vez surgen más alternativas para esta demanda en continuo auge. En Tabili, proyecto participando actualmente en ronda de inversión en Fellow Funders, son muy conscientes de ello.

Su servicio ofrece la reparación de cualquier terminal móvil, tablets incluidas, en menos de 20 minutos y a domicilio. ¡Sí, como lo oyes! Un técnico profesional y de confianza viene directamente a tu casa o empresa, y lo repara delante de ti con la máxima garantía de calidad en el servicio. Sin olvidar un coste por reparación más que contenido.
¡No lo dudes y la próxima vez: reparar antes que sustituir! Tu bolsillo y el planeta lo agradecerán 😉
