Cómo triunfar en tu salida a bolsa: el caso de Slack

La compañía especializada en mejorar la comunicación y colaboración entre equipos, debuta de forma exitosa en el NYSE

El pasado 20 de junio, hace tan solo una semana, Slack se estrenaba en el parquet neoyorkino. Su debut generó una gran expectación en el mercado de renta variable, debido a varios motivos:

  • En primer lugar, el valor de la compañía se fijaba en $13.132 millones, muy por encima de los $7.100 millones en los que se valoró en su última ronda con VCs (Venture Capital) hace tan solo 10 meses.
  • En segundo lugar, tras el mal sabor de boca dejado en los IPOs (Oferta Pública Inicial) de Uber y Lyft, había cierto grado de escepticismo entre la comunidad inversora.
  • Y en último lugar, y no menos importante, la compañía optaba por un formato de DPO (o listado directo) para su incorporación al mercado, en línea con el formato seguido por Spotify.  

A diferencia de las dos grandes plataformas americanas de VTC, las acciones de Slack debutaban en el mercado con una subida de casi un 40% y lo que es más importante, sus títulos se han mantenido estables durante toda la semana siguiente en el entorno de $38, validando, por tanto, el formato de incorporación al mercado elegido por los gestores de la compañía.

Inversión privada

Como suele ocurrir en este tipo de empresas, los más beneficiados de la valoración alcanzada por Slack en su salida al mercado han sido los inversores privados que confiaron en las bondades de su modelo de negocio desde sus fases más tempranas. Este es el caso de Accel, un VC americano, que ha acompañado a los fundadores de Slack desde 2009, en su fase semilla, suscribiendo una ronda de $1,5 Millones (si, leen bien, ¡un millón y medio!) y cuya participación del 23,8% tiene un valor actual de $4.500 millones.

Fuente: Pitchbook

Rentabilidad Vs Riesgo

De la salida a Bolsa de Slack podemos extraer dos conclusiones:

  1. El binomio rentabilidad-riesgo para un inversor en el capital de una compañía se maximiza como norma general en las fases previas a si incorporación al mercado de valores (entorno pre-mercado). Hasta hace pocos años, la inversión privada en directo estuvo limitada a los FFF (Family, Friends & Fools) y a otros inversores profesionales (o cualificados) tales como Business Angels, Venture Capital y Private Equity. El Equity Crowdfunding, regulado en nuestro país desde abril de 2015, ha venido para permitir al inversor particular (no cualificado) acceder a la inversión privada en las fases más tempranas de la curva de crecimiento de las empresas.
  2. El DPO es un formato más barato, rápido y transparente de incorporación de las empresas al mercado bursátil, siempre y cuando la necesidad de obtener capital nuevo no sea la principal prioridad de la compañía (‘Uber vs Spotify’). Este formato es especialmente adecuado para las empresas de menor tamaño, las cuales pueden acceder a los mercados no regulados, tales como el MAB o Euronext, validando su valoración y empujándoles a profesionalizar y transparentar su gestión, sin necesidad de incurrir en la mayor complejidad que conlleva un IPO mediante una ampliación de capital dirigida a los actuales y nuevos accionistas.

Fellow Funders, a través de su plataforma on-line, permite a inversores particulares y profesionales invertir en proyectos de crecimiento de las empresas, tanto en fases tempranas (start-ups) como en sus etapas de expansión, dando acceso a su capital a nuevos inversores y a sus stakeholders más directos (empleados, clientes, proveedores, etc). Además a través de PMS Advisory facilitamos la incorporación de estas empresas a los mercados alternativos, dando los inversores una oportunidad de monetizar su inversión.

Foto Mariano Colmenar
Mariano Colmenar Fellow Funders