De amor y odio. O, en el caso que nos ocupa, primero de odio y después de amor. Así se podría enlazar la relación con el mercado de las criptomonedas de la segunda economía más grande a nivel mundial. En 2017, el Gobierno chino prohibió el uso de criptomonedas. Sin embargo, el 1 de enero de 2020 entraba en vigor en el país chino una ley de criptografía que permitía el desarrollo del negocio criptográfico. ¿A qué se debe este cambio de mentalidad? 

De amenaza a oportunidad

El Gobierno chino ha pasado de ver las criptomonedas como una amenaza a observar en ellas una oportunidad para poner en jaque el dominio estadounidense en el mercado mundial. Por ello, legalizar las criptomonedas no ha sido más que el primer paso para lanzar la primera moneda digital procedente de un Gobierno, el yuan digital (DCEP). Si bien es cierto que no se trata exactamente de una criptomoneda como las que hay en el mercado actualmente, el concepto es similar. 

Una de las principales diferencias entre el DCEP y las criptomonedas será que el valor de este no variará según la especulación del mercado criptográfico, sino que dependerá del valor del yuan físico, con el que tendrá una paridad 1:1. Cada yuan digital deberá estar firmado por el Banco Central Chino (PBOC). Los bancos lo distribuirán entre sus clientes, que podrán descargar la moneda en sus carteras digitales y utilizarla en los comercios que la acepten, cuya red que cada vez estará más extendida. 

Los Juegos Olímpicos como escaparate

El Banco Central Chino espera tener disponible esta moneda para los Juegos Olímpicos de Invierno, que tendrán lugar en Pekín en 2022. No obstante, ya se han realizado pruebas con este método de pago en cuatro ciudades chinas (Shenzhen, Suzhou, Chengdu y Xiong´an) y en algunas entidades comerciales como el servicio de taxis Didi Chuxing

Si el proyecto se convierte en un éxito, el DCEP podría eliminar la necesidad del dinero físico y de métodos de pago como PayPal, y ser otra forma de amenaza al dominio estadounidense por parte de China. En la actualidad, el 60% de las reservas de moneda extranjera conocidas está constituido por dólares, pero la tendencia podría cambiar con la introducción del DCEP en el mercado. Una adopción generalizada del DCEP conllevaría la presencia de este en las reservas de los bancos centrales. 

China encabeza la carrera digital

En este contexto, el mundo asiste a una nueva carrera internacional: la de las monedas digitales. Una carrera en la que China lleva ventaja. Sin embargo, el gigante asiático no está solo. La Unión Europea y Estados Unidos también planean la inserción de su propia moneda virtual en el mercado, si bien se espera que pase un tiempo hasta que esto ocurra. 

El 2 de octubre de 2020, el Banco Central Europeo emitió su informe sobre el euro digital. En el mismo se detallan cuestiones como las razones para crear el euro digital, los potenciales efectos y consideraciones legales. Mientras tanto, en Estados Unidos, el partido demócrata ha presentado un proyecto de ley para la creación del dólar digital, con el objetivo principal de amortiguar el impacto económico de la crisis del coronavirus.  

La importancia de asegurar la privacidad

Las monedas digitales se presentan como un método más cómodo de pago y podrían servir para amortiguar los efectos de la crisis sanitaria actual. Sin embargo, no todo son luces. Al ser un método de pago digital, podrían ser objeto de fácil seguimiento por parte de los Gobiernos, lo cual no suscita confianza entre muchos expertos.  

Preocupa especialmente el caso del DCEP, que daría acceso a un Gobierno especialmente “invasivo” como el chino a la información de los usuarios, tanto como de la población china como de los usuarios internacionales del DCEP. Por tanto, para que este método de pago entre con éxito en el mercado, será necesaria la introducción de medidas que aseguren la privacidad de sus usuarios, como sucede en el mercado de las criptomonedas. 

A pesar de sus “peros”, parece evidente que el futuro de la economía pasa por las monedas digitales. Se trata de un paso más en la tokenización de la economía que hemos tratado anteriormente en este blog. Con China, la Unión Europea y Estados Unidos involucrados, parece evidente que la creación de estas monedas algo más que una simple “idea feliz”. Queda por ver si el gigante asiático se beneficia de haber sido el primero en apostar por un método de pago que, curiosamente, estaba vetado en China hasta el año pasado. 

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