La crisis del Covid-19 ha traído mucho dolor pero también está impulsando la solidaridad de particulares y empresas. Sabiendo que actualmente, uno de los principales retos que afronta Sanidad es conseguir más respiradores para ayudar a los pacientes más graves, numerosos expertos han diseñado prototipos de respiradores para combatir la pandemia actual.

Andalucía no solo tiene playas muy buenas, una cultura extraordinaria o una gastronomía increíble, también es ciencia, tecnología y capacidad industrial”. Así se ha pronunciado el cirujano cardiovascular del Hospital Regional Universitario de Málaga Ignacio Díaz de Tuesta durante la presentación del respirador «Andalucía respira», nombre con el que lo han rebautizado. Antes se llamaba «Málaga respira» y se le augura un éxito «rotundo».

Otra iniciativa es la del equipo de innovación y desarrollo de la empresa castellonense Graphenglass, dedicada a la ingeniería de grafeno para el desarrollo de materiales avanzados, ha puesto a disposición de las autoridades sanitarias de manera altruista unas piezas que permitirían abordar la posible escasez de dispositivos de ventilación pulmonar hospitalarios.

En India no se han quedado atrás y han diseñado también un pequeño respirador al rescate de los hospitales. Ha sido diseñado originalmente por un científico en robótica y un neurocirujano para ayudar a los pobres en India, un respirador barato y del tamaño de una tostadora podría ser un equipo clave en la lucha contra la pandemia de coronavirus.

Vendido en unos 2.000 dólares, el aparato cuesta solo un quinta parte o menos que los respiradores convencionales. Su máquina pesa 3,5 kilos, consume poca electricidad y podría permitir a pacientes en un estado menos crítico ser instalados en sus casas, y liberar así camas de hospital.

«La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) es muy cara. En el sector privado, incluso los más ricos no tienen los medios para permanecer allí mucho tiempo», explica Diwakar Vaish.

«Si quieres convertir un hotel en una UCI, puedes instalar el aparato y empezar a trabajar porque no necesita más infraestructura», afirma el científico en robótica.

Otro caso es el de Ashley Lawrence, una estudiante de 21 años de Kentucky, ha diseñado unas mascarillas que sirven para protegerse de los posibles contagios por coronavirus que sigue sumando casos a lo largo y ancho de la esfera terrestre. La novedad en estas mascarillas es que están destinadas para la comunidad sorda o con problemas de audición. 

Así, con una máquina de coser y la ayuda de su madre, esta joven ha creado estas mascarillas que tienen la parte delantera que cubre boca hecha de material transparente.

«Modifiqué el modelo para adaptarlo a aquellos que leen los labios o que, durante la comunicación con el lenguaje de señas, confían en las expresiones faciales para comprender los significados y las intenciones. Las expresiones faciales son parte de la gramática del lenguaje de signos, así como el labio. Se pierde información si no se puede ver la cara «, explica la joven en declaraciones al blog de noticias Mashable Italia. 

Lawrence está utilizando como materiales para crear estas mascarillas, únicamente, sábanas nuevas y un rollo de plástico que le sobró al realizar otro trabajo manual

Fuentes: Innovadores, InfoBae, El Mundo, 20Minutos, ElDía, El Español